Que tal, yo soy el escritor creativo que necesitas para tu proyecto y por solo 100 USD voy a escribir una novela de 10,000 palabras. Tengo experiencia en Romance, ficción, fantasía, misterio, policial y de terror. Escribo más de 1,000 palabras al día por lo que podemos tener revisiones diarias si así lo deseas. A continuación puedes ver una muestra de mi trabajo... El Silencio de las Páginas Había una vez un joven diseñador web llamado Diego. Su vida estaba llena de líneas de código, colores hexadecimales y tipografías elegantes. Pero en su corazón, anhelaba algo más: una historia de amor que trascendiera las pantallas y los navegadores. Un día, mientras buscaba inspiración en la Biblioteca Vasconcelos de la Ciudad de México, sus ojos se posaron en una mujer misteriosa. Elena, así se llamaba, tenía una belleza enigmática. Su cabello oscuro caía sobre sus hombros como una cascada de secretos. Sus ojos, profundos como abismos, parecían esconder historias antiguas. Diego se acercó a ella, nervioso pero decidido. Le preguntó si podía compartir la mesa con ella, y Elena asintió con una sonrisa. Pronto, sus conversaciones se volvieron más que simples palabras. Hablaban de libros, de sueños, de la vida misma. Diego descubrió que Elena también era diseñadora, pero de mundos imaginarios. El fin de semana siguiente, Diego invitó a Elena a un viaje a Cuernavaca. Allí, entre jardines exuberantes y calles empedradas, su romance floreció. Pasearon de la mano por el Jardín Borda, se besaron bajo la sombra de los árboles y compartieron risas en los cafés del centro histórico. Fue un amor intenso, como si el tiempo se hubiera detenido solo para ellos. Pero al final del fin de semana, Elena desapareció. No dejó rastro, ni una nota, ni una explicación. Diego la buscó en las redes sociales, en las calles de Cuernavaca, pero ella se había esfumado como una página en blanco. Diez años después, Diego seguía recordando a Elena. Su corazón aún latía al ritmo de aquel romance fugaz. Un día, mientras trabajaba en su estudio, recibió un correo electrónico. El remitente era desconocido, pero el asunto decía: “El Silencio de las Páginas”. El mensaje decía: “Diego, soy Elena. He vivido en las sombras, entre las palabras de los libros. Mi amor por ti nunca se apagó. Nos encontraremos en la Biblioteca Vasconcelos, donde todo comenzó. Busca el libro ‘Cien Años de Soledad’ en la sección de novelas latinoamericanas. Allí estaremos.” Diego tembló de emoción. Corrió hacia la biblioteca y encontró el libro. Al abrirlo, una nota cayó en sus manos: “Diego, el amor no siempre sigue las reglas del tiempo. Nos vemos en la última página.” Y allí, en la última página de “Cien Años de Soledad”, Diego encontró a Elena; al menos era un post-it con un código QR y, al escanearlo Diego entró a una conversación de Zoom y ahí estaba ella Elena; hermosa cómo siempre, resplandeciente cómo nunca; sus ojos se encontraron, y el silencio de las páginas se llenó de palabras no pronunciadas. Horas más tarde, juntos, se sumergieron en un nuevo capítulo de su historia, donde el amor era eterno y las líneas de código se entrelazaban con los versos de un poema. A la mañana siguiente, entre besos, caricias y jugueteos de gatos en celo sonó un celular. Elena respondió rápidamente; se hizo un silencio pesado, cómo el preludio que anuncia una muerte inesperada. Diego la miraba con ojos brillantes y llenos de deseo pero ella estaba absorta en la llamada; colgó, tomó su bolso de mano, su ropa derramada por el suelo y mientras se vestía se secó una lagrima, miró a Diego y le dijo con un susurro que rompió el silencio en mil fragmentos que casi podían sentirse entre los dedos: Me tengo que ir…